¿Domado está el león? || Priv. Azael - Pasado

Recuerdo del primer mensaje :

Danafor, un reino realmente muy peculiar, a menos para Lucy así lo era, nunca conoció dónde es que viven las diosas, o algo así, literalmente, a los pocos minutos de nacida había dejado aquel lugar para ir a vivir a Camelot junto con su hermana y en Camelot todo era distinto, viviendo de lo más tranquilas posibles en aquel lugar que era una mezcla entre alegría y seriedad, nada del otro para muchos, pero para ella muchos años lo fue, no obstante, hoy día había tenido que dejar la comodidad y calidez de su hogar en Camelot para aventurarse en Danafor, un reino más, era de suponer, para ella peculiar porque era tan distinto a su amado Camelot, pero no tenía tiempo para ponerse a lloriquear, tenía que encontrar a su hermana. Eso nos lleva a este momento, podemos ver a una rubia de cabello corto inocente pasando por la entrada de la ciudad real.

Durante su largo vieja, si en su camino encontraba a veinte personas y las veinte necesitaban de su ayuda, se detenía a brindarles ayuda, de hecho, ese era principalmente el motivo de que en este momento, estuviera descalza andando por la ciudad real de Danafor, en el camino tuvo que detenerse a curar a varias personas, obsequió sus zapatos a quien lo necesitó, regaló la capa a quien necesitaba abrigo, y si no entregó su vestido a quien lo necesitaba, fue porque por suerte nadie lo necesitaba, de lo contrario, puedes tener la seguridad plena de que en este preciso momento estaría caminando desnuda buscando una tienda para comprar ropa.

-Di…disculpe…dis…disculpe…- La débil y angelical voz tierna de la rubia apenas y se podía escuchar, bha, realmente nadie la escuchaba, ahí estaba la chica descalza intenta hablar con las personas que pasaban en la calle principal, intentando ver si alguien se apiadaba y le hacía un poco de caso, simplemente quería encontrar un lugar para comprar unas cosas que le faltaban, pero aún más importante, preguntar por su hermana, pero nadie reparaba en ella, bueno, alguno que otro hombre sí, sobre todo al tener expuestas sus piernas y ante aquel par de atributos que sobre salían de entre el escote, pero obviamente la rubia no quería ese tipo de atención, solo quería que alguien la ayudara.

Estaba realmente muy emotiva, sensible, era todo un caos y lio su mundo entero, era como si sintiese que de su pecho comenzara a desbordar una gran calidez que no se podía explicar por ningún medio, era realmente algo tan único y entre esas sensaciones, tuvo que procurar estar atenta a cuando el enorme hombre tomó la palabra, fue en ese instante cuando salió de su tipo de transe, sacudió un poco la cabeza y se limpió las lágrimas mostrándose un tanto confundida. -¿Mi nombre?- Repitió en voz alta, aunque más que nada era para sí misma entre leves parpadeos, en un principio no comprendía el motivo de aquello, aunque pocos segundos después cayó en cuenta de que no se había presentado. -¡Waaah! ¡Perdón! ¡Per…wah!- Se comenzaba a disculpar estando sumamente apenada, no sabía dónde quedaban sus modales, por lo mismo, mientras hablaba intentaba moverse para ponerse de pie, hacer una leve inclinación para adelante y así presentarse, justo como su hermana le había enseñado, aunque obviamente, estando entre los brazos de Azael, al moverse terminaría por casi caerse, motivo por el cual simplemente se terminaría aferrando mucho más al enorme cuerpo del gigante enano.

Con literalmente todo su cuerpo pegado contra el fornido pecho del caballero, Lucy sonreía algo avergonzada y con un ligero sonrojo en el rostro, algo de lo más tierno que has visto en la vida seguramente. -Me llamo Lucy Balchder, mucho gusto Azael.- Al final, pese a no poder presentarse como su hermana le enseñó, a menos en cuanto a postura se refiere pues todo su cuerpo, y sobre todo su pecho aún se encontraba ejerciendo presión contra el cuerpo ajeno, se presentaba con las palabras que su hermana le había enseñado mientras le dedicaba una dulce sonrisa inocente al gigantón.

Pasados los minutos, la chica aún permanecía pegada a Azael, por lo visto no se daba cuenta de lo que hacía, además que tampoco veía lo “malo” en su gesto. -¡Mi hermana es la persona más buena que te puedas encontrar en el mundo!- Comenzó hablando cual niña pequeña y emocionada, en ese momento fue cuando se separó para poder enfatizar la magnitud de bondad de su hermana con ambas manos, aunque perdería un poco el balance en el proceso y terminaría volviendo a ferrarse a Azael. -Mi hermana una vez me contó que cuando yo nací, mi mamá se “rompió” o que al menos estaba a nada de hacerlo.- Era entonces cuando comenzaba a contar su historia dando las explicaciones, o algo así, sinceramente solo contaba su vida. -Ageha tuvo que tomarme en brazos y huir conmigo de la casa o sino, nuestra madre nos mataría a ambas, fue así como llegamos a Camelot, crecí con todo el amor de mi hermana y sus enseñanzas, pero un día algo se rompió, en todas las formas. Ese día no pudo guardar un plato y lo terminó rompiendo cuando se cayó, pero fue porque sintió un dolor que no se podía explicar, no sabía si fue en su cabeza o pecho, pero luego de eso comenzó a comportarse algo distante, días después me dijo que no iba a poder continuar con esto y una noche desapareció.- Continuó su relato e hizo una pequeña pausa.

Los azules ojos de Lucy se desviaron de los de Azael para ver a su escote y meter la mano entre su mullido pecho, de ahí sacada una nota la cual le mostraba al caballero. -Lo único que me dejó fue esto, dice que no podrá permanecer más conmigo porque lo que le pasó a mamá, ahora también le estaba pasando a ella y no me quería poner en peligro, por lo mismo es que huyó.- Concluyó mientras veía fijamente a Azael sin comprender nada de lo que había pasado en aquel momento con su hermana.

La forma de actuar que tenía la pequeña no hacían más que causar risa en el rostro del gigante, y no te equivoques, no es que se estuviera burlando de ella, al contrario, estaba realmente contento por lo que estaba pasando, hasta por un momento se había olvidado que era un Caballero y sentía una especie de conexión “familiar” entre ellos, ¿Como explicarlo?... mmmm, es muy difícil hacerlo, ya que al pequeño gigante siempre le enseñaron que el proceso para enorgullecer a la familia es dignificar el trabajo, pero, por primera vez en su vida siente que se encuentra “vivo” sin tener que estar pensando en demostrar algo o trabajando para alguien.

Su nombre... Lucy... solo con escucharlo le hacía subir hasta las nubes, impregnarse de aquella magia celestial y volver con ambos pies en la tierra dispuesto a quedarse con ella para siempre, ¿Será eso posible? De seguro que la pequeña doncella lo tomará por alguien loco si se lo dice de golpe, así que ese pensamiento restringiría a cualquiera respecto a sus actos... PEEEEERO, Azael no es cualquier y sus actos jamás son cotidianos para el 99% de las personas.

Oh... con una atención única comenzaría a escuchar lo que Lucy tenía que decir sobre su hermana, aunque lo más gracioso sería ver su rostro mientras trataba de entender como una persona puede “romperse”, ¿Acaso un gigante la había tomado y partido por la mitad? Si esto fuera un anime de seguro podrías ver una nube sobre la cabeza de Azael y sus pensamientos locos sobre lo que escucha. La tristeza se apoderaría de la escena y Azael aprovechaba de dar un vistazo al escote de Lucy mientras ella sacaba la nota -No tienes porque preocuparte, encontraremos a tu hermana sin importar donde esté-

No importa que tan triste sea el momento, con Azael cerca esas escenas no duran y es que el gigante mantenía firme sus brazos para no dejar caer a Lucy, y la observaba directamente a sus ojos como si estuviera a punto de hacerle una promesa que ni siquiera él a pensado antes -Te prometo que nunca más estarás sola, me casare contigo y tendremos una familia para acompañarnos- …

Simplemente una tierna sonrisa, una cálida mirada, aquellos eran unos gestos que a la diosa simple y sencillamente le llenaban de alegría el corazón, pese a lo triste de la historia, aunque, más que nada, desconcertada puesto que hasta la fecha seguía sin poder entender ni comprender realmente lo que sucedía, todo había sido tan repentino y tan rápido, ella sabía muy bien que, al menos en cuanto a la  edad que las diosas viven, había sido apenas un parpadeo el tiempo que pasaron juntos, pero para Lucy literalmente había sido toda su vida, ¿cómo se suponía que debía tomar todo aquello? Hasta la fecha seguía sin poder tener algún tipo de respuesta ante eso.

Tras mostrarle a Azael la nota, se quedaría reflexiva unos minutos, como ya te dije, intentaba comprender todo lo anterior, no obstante, comenzaba a escuchar las palabras del caballero colosal, aquellas palabras la tranquilizaban y llenaban de mucha alegría, motivo era por el cual, se atrevía a darle un beso sobre el gran pecho de este hombre puesto que a su rostro no llegaba, es que joder, este grandulón realmente era inmenso. -¿De verdad? ¡No sé qué haría sin ti! ¡Eres el mejor!- Con incredulidad e inocencia más que nada, formulaba su pregunta y luego exclamaba en pos de demostrar el gran aprecio que ahora le tenía a este inmenso hombre de proporciones descomunales para un humano promedio.

Con una gran sonrisa inocente y radiante veía con ojos brillosos al gigante enano sintiendo gran dicha hasta que sus sientes palabras la dejaron en un completo shock. -…- Aquellos bellos y brilloso ojos azules que Lucy poseían en ese preciso instante estaba abiertos cual plato, su boca de igual forma, pero en proporciones menores se encontraba abierta, tardó realmente un par de minutos en poder reaccionar y salir del letargo.

La mandíbula comenzaba a cascabelear, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo desde la parte baja de su columna y subió hasta llegar a la punta de su cabeza, seguidamente su sonrojo comenzó a hacerse presente y la vista se le hacía borrosa cada vez más; de un momento a otro intentaba comenzar a decir algo, cualquier cosa, pero únicamente lograba balbucear, nunca en la vida se había esperado que alguien le propusiera así como así matrimonio, su hermana muchas veces le contó cómo era que sus padres se habían conocido y propuesto matrimonio, pero sinceramente, para la pequeña Lucy, aquella idea romántica estaba aún muy lejos de su alcance y ahora le golpeaba de lleno en la cara y no sabía qué más hacer o decir, salvo… -¿Quieres tener muchos hijos conmigo y vivir a mi lado?- Sería lo único que se escaparía de entre sus labios entre un nerviosismo descomunal, aunque deja te digo que esta no era su intención, era más que nada un pensamiento que se había escapado de su mente.

¿Tiempo? Un indicador bastante extraño a la hora de tomar en cuenta la relación que está a punto de gestarse, y si se que no viene al caso en este momento pero estoy mirando a futuro, uno que solo nosotros dos conocemos pero nuestros personajes no tienen acceso a el... como decía, Lucy vivirá casi cuatro veces que Azael, ¿Que pasará en ese entonces? ¿Buscará a su reencarnación? Es bastante interesante esa forma de ver las cosas, esos humanos que pueden llegar a ser muy fuertes pero realmente son pasajeros en la vida de las otras razas.

Un beso en el pecho del gigante sería la acción que me saca de este trance de narración y me trae de vuelta a lo que nos convoca en este hermoso tema -No tienes que agradecérmelo- Por lo bajo respondería, incluso su voz en ese momento habría sido opacada por el sobresalto de Lucy que parecía muy feliz al tener a quien la pudiera apoyar en situaciones difíciles. Ojos abiertos como plato, un balbuceo extraño que la hacía ver muy tierna y unos brazos cálidos que la seguían abrazando como si no hubiera mañana, es más, las personas que por allí pasaban ya los observaban como si fueran dos enamorados de toda la vida, ¿Cuando será la hora del beso? Es lo que algunos civiles se preguntaban pero como eran pocos no sentían la unión necesario para envalentonarse a decirlo.

La calma en Azael era algo envidiable para cualquiera, ¿Acaso no te has puesto en su lugar? ¿Crees que cualquiera estaría tan calmado diciendo esas cosas? Y no, no puedes decir que el caballero solo está jugando porque si Lucy se concentra un poco podrá notar como el corazón del pequeño gigante late fuerte... quizás en el fondo si estaba un tanto nervioso sobre lo que la doncella podría responder -Por supuesto, tendremos muchos niños, una casa gigantesca y nunca más estarás sola- Allí estaba, volvía a “confesar” sus intenciones para con la Diosa, aunque todo sigue siendo algo inesperado, ni siquiera él te podría responder con certeza porque está diciendo esas cosas, simplemente es algo que siente, que su corazón quiere y no va a negárselo en un momento así, es más... poco a poco subiría sus brazos, bajaría su cabeza y pegaría su frente con la de Lucy, al mismo tiempo que sus narices se rosaban levemente y cada uno podría sentir la respiración del otro entrecortarse.

Realmente la emoción era mucha, y es que yo ya te lo dije, de no tener nunca a nadie que le ayude o similar a tener a alguien que ahora se ofrece plenamente a ayudar, eso era algo inimaginable, algo que ni siquiera se había atrevido a pensar, soñar o similar la joven diosa, es más, la simple y vaga idea no era ni siquiera algo que se encontrase remotamente cerca de cruzarse en su camino, la idea la podría haber golpeado de lleno y ella ni la hubiera tomado en cuenta, pero ahora… joder… ahora aquello era tan grande y tan significativo para la chica que realmente estaba emocionada a tope, aunque Azael le dijera que no tenía nada de qué agradecer, ella desde el fondo de su corazón sentía que sí debía agradecer, decirlo una y otra vez, las veces que fueran necesario, pero no sabía ya ni cómo agradecerle a aquel hombre ahora hacía que su corazón fuera a mil por segundo de la pura emoción.

Y ahora te digo que es cuando pasamos al momento inesperado de toda esta historia, ese fino y delicado momento en el cual parecen saltar confesión tras confesión, inclusive la pregunta de Lucy que se había escapado de entre sus labios puesto que realmente no estaba entre sus planes exteriorizarla, inclusive a esa pregunta se le daba respuesta y los gestos que le acompañarían harían que por un momento, el acelerado corazón de la chica se detuviera de golpe, o al menos así lo sentía, la respiración igualmente se le cortaba y el sonrojo en su rostro se disparaba, al sentir el roce de narices, eso era como el motor que la impulsase a respirar una vez más, a que su corazón bombeara con tanta fuerza que sintiera que le iba a estallar, sus ojos estaban clavados fijamente en los del contrario y un inmenso calor comenzaba a invadir su pecho, todos eran sentimientos y sensaciones que no se podía ni llegar a imaginar que alguna vez sentiría.

Si te preguntas ahora ¿Por qué nunca se imaginó sentir algo similar? La respuesta es más que simple, te recuerdo que Lucy es una diosa, y por la edad de la misma, no es más que considerada como una bebé, una niña de a lo sumo 2 años o similar si la ponemos en el nivel normal de los humanos, o al menos así es como la perciben las demás diosas, sus 25 años son completamente insignificantes para el tiempo de vida de este clan, factor en el cual la joven diosa aún no tomaba en cuenta en lo absoluto, era precisamente la edad, no importaba si inclusive Azael era un recién nacido, siendo humano nunca alcanzaría a vivir tanto como ella… y esto seguramente no lo tomaba en cuenta Lucy ahorita y posiblemente tampoco lo tomaría a en un futuro cercano, no caería en cuenta de aquello en un futuro muy lejano y ¿te digo un secreto? Sinceramente es mejor así, si la diosa se diera cuenta ahora de que nunca lograría vivir tanto tiempo como ella quisiera al lado del gigante… seguramente se cerraría por completo a cualquier tipo de sentimiento amoroso, a algo más allá de la simple ayuda, gratitud y bondad, porque aunque ella no lo sepa, había sido cautiva del amor, amor que comenzaba a crecer cada vez más por Azael.

Describir como se siente el enorme Azael es algo realmente difícil de hacer, su corazón nunca antes había bombeado sangre de esta manera, puede sentir como cada uno de los rincones del su cuerpo son alcanzados por tan magnifico elixir de vida, como su tensión corporal comienza a acelerarse segundo a segundo y su corazón ejerce más fuerza para mantener en funcionamiento ese cuerpo musculado que de ahora en adelante será un refugió humano para la joven doncella. Un millón de nuevas sensaciones están invadiéndolo... o más bien bombardeandolo, por un momento parece que todo a su alrededor se congela, puede sentir la respiración de Lucy pegada a él... ¿Que es eso? ¿El corazón de ella o el suyo? Imposible saberlo... ¡¡Wooow!! un shock de adrenalina que le es entregado por sus glándulas, es eso lo que termina “sacándolo” de su trance y puede seguir disfrutando de esa inconmensurable felicidad que crece exponencialmente en su pecho. ¿Una transmisión de calor? Si, su cuerpo a empezado a expender calor y no te equivoques, no es producto de alguna habilidad extraña... es simplemente una reacción química de su cuerpo ante la respuesta de la adrenalina que sigue acelerando su sistema.

¿Es amor lo que está formándose en el interior de Azael? Imposible decirlo con exactitud, nunca antes había sentido algo parecido, solo sabe que no quiere separarse de Lucy, que quiere pasar el resto de su corta vida a su lado y protegerla como si el propósito de su vida solo fuera ese -...- Parecía que algo iba a decir pero no hacía más que abrir un poco su boca para “tomar” el labio inferior de Lucy con el suyo... ¿Se estaba propasando?, espera, ¿Puede propasarse más de lo que ya lo había hecho? Si, pero esto no tiene nada que ver con eso... es un impulso que se puede catalogar como “incontrolable” y la verdad es que lo seguiría haciendo, dos y hasta tres veces antes de besar a la pequeña doncella que tiene entre sus enormes brazos.

¿Todo se había detenido nuevamente? Así parecía, sus ojos se había cerrado producto del beso y la escena se llenaba de corazones esperando que su acto fuera correspondido, aunque... ¿Realmente es algo normal lo que está ocurriendo entre ambos? O sea, se acaban de conocer hace poco, la conexión fue fuerte y Azael ya siente que ella definitivamente va a ser su compañera de vida, no hay chance de que pueda aceptar un no como respuesta y menos si el beso llega a convertirse en un momento mágico para ambos.

Todo era un completo shock, no sabía ya qué era lo que ocurría con su cuerpo, todo parecía ser tan irreal, el corazón bombeándole a presión para luego detenerse súbitamente cada tanto, y lo mismo le ocurría a su respiración, no obstante, aquella cercanía y algo que creía dentro de sí le iban generando un calor único que siempre brotaba desde su pecho y se comenzaba a extender en el ambiente, tanto era así que por un momento llegó a creer que su Wild Light estaba fuera de control y su luz simplemente estaba saliendo de su cuerpo, cosa que le preocupó pues podría llegar a dañar al gigantón, no obstante, poco tomaría en darse cuenta que su especialidad no estaba fuera de control y sinceramente, eso era lo que más la intrigaba, ¿si no era su poder único, entonces… qué generaba todo ese inmenso calor? Era algo que le costaba realmente de comprender.

Ambos ojos azules clavos los unos a los otros, la respiración de ambos mezclándose y una calidez descomunal brotando desde ellos, sinceramente, no sabía si el tiempo se había congelado o simplemente habían desaparecido todos de Danafor o similar, pero ¿te cuento un secreto? Por primera vez en la vida nada de eso le importó a Lucy, para ella era como estar en un mundo completamente distinto, un mundo en el cual únicamente existían ellos dos y nadie más.

Sus labios ya se encontraban ligeramente abiertos, no es como que te pueda decir que también vio a Azael abrir su boca, si te lo digo sería mentir puesto que, como previamente dije, ella estaba absorta en los azules ojos del contrario, que inclusive, si se concentraba bien, podía verse a sí misma en el reflejo, muchas veces se dice que la puerta al alma son los ojos y bueno, si uno da un vistazo a la puerta del alma de la joven diosa, uno puede ver muy claramente que entonces momentos, aquella puerta estaba completamente abierta y en el centro de todo, cual rey poderoso y con suma generosidad, Azael tomaba el trono y reinaba en aquel lugar, es que vamos, aquella conexión que habían tenido ambos era realmente inmensa.

Sus ojos se abrieron más por la sorpresa, al sentir los labios de Azael tomando el inferior propio le generaba una sensación extraña, no era para nada desagradable, de hecho era todo lo contrario, pero seguía siendo extraña, era realmente única para ella, algo que por primera vez vivía, pero lo que realmente le hizo sentir una descarga en el cuerpo fue aquel beso que la tomó por completa sorpresa, aunque creo que todos pudimos verlo venir, pero para Lucy era otra historia, sus ojos se abrían todavía más, la respiración se le cortaba de golpe y el corazón se detenía en seco mientras sentía como la sangre le iba subiendo a la cabeza y un calor inexplicable se apoderaba por completo de su cuerpo.

Pasado un tiempo, que sinceramente para ella se sintió eterno, pero realmente fue solo cosa de segundos, lentamente terminaría cerrando sus ojos, la respiración paulatinamente le regresaría así como el latir de su corazón, justo para cuando sus ojos se cerraban por completo, sus labios se encontraban simplemente continuado, correspondiendo y aceptando aquel beso de parte del contrario, una felicidad que nunca antes había experimentado y una sensación que seguía sin poderse explicar, sensación que le generaba el sentimiento del amor, de su primer amor y aún ni sabía eso; sus brazos rodeaban el cuello del ajeno y su cuerpo se pegaba más al contrario mientras besaba aquellos suaves labios de forma tan inocente, dulce y tierna que parecía prácticamente irreal, parecía ser que el gigantón sería por completo el dueño de sus muchas primeras veces.

Hermosas metáforas han nacido el día de hoy. Como un Rey se alzaba en el centro del alma de aquella doncella, ¿Estaba solo? No distingo bien, quizás había muchos “seguidores” que intentaban conseguir aquel trono pero no eran dignos de lograrlo y sin importar que tanto se esforzaran, no habría forma alguna de ganar a la enorme montaña de músculos que sonreía sin cesar y como si de un sol se tratase iluminaba aquel lugar dejándolo completamente radiante. ¿A donde fue la competencia? Es obvio que había desaparecido, el trono de luz se alzaba delante de él y no hacía más que sentarse mientras su sonrisa se hacía cada vez más grande... ¿Que es esa cara de bobo? Ni yo puedo decírtelo con certeza y es que es la primera vez que veo a Azael adoptando aquel rostro, y no... no es el rostro de un hombre pervertido, más bien me parece al de alguien enamorado, embelesado y consumido por los sentimientos más hermosos que te puedes imaginar.

Así que esta es la sensación de un primer beso... y si, es algo imposible de creer considerando la personalidad de Azael, pero la verdad es que nunca antes había sentido la necesidad de dárselo a alguien, nunca antes había tenido este tipo de conexión con nadie y a pesar de que su cuerpo en raras ocasiones atraía a algunas chicas, no estaba ni cerca de ser lo mismo, más bien él se asustaba porque estaba acostumbrado a ser quien las siguiera, no él que las esperara. Bueno, volviendo a la extraña y candente conexión de ambos muchachos, Azael abría levemente sus ojos al terminar el beso y solo se separaba de Lucy un poco... casi nada -Disculpa- Con voz suave y unos ojos brillosos que intentaban contemplar los sentimientos de la hermosa doncella -No debí comportarme de esta forma- ¡Un caballero jamás puede propasarse con una mujer sin su consentimiento! Aquello resonaba en la cabeza de Azael una y otra vez, quizás por eso era un pervertido y a modo de secreto... realmente es el cuerpo de Lucy el primero que toca.

Su alma sabía que había sido correspondido, pero su orgullo aun estaba dudoso y por eso volvía a erguirse casi que obligando a que la chica quitara los brazos de su cuello -Si lo consideras necesario, recibiré mi castigo por propasarme contigo- ¿Que le estaba pasando? Ya te digo que sigue luchando consigo mismo y se prepara para ayudar a Lucy a tocar el piso nuevamente... pero no... no quiero hacerlo, quiere seguir cargándola entre sus brazos y sentir su cuerpo junto al suyo, ¡Jodido orgullo de Caballero!

Aquello había sido tan mágico, tan místico, tan único, realmente no encontraba palabras que pudieran describir el sentimiento o la sensación que aquel bello beso le había causado, se sentía como en las nubes, inclusive mejor porque en su vida ya ha estado en una nube y no es para nada como se pinta, pero retomando el tema, para ella era la mejor sensación del mundo y era casi como si no quisiera que eso terminase, no obstante, todo lo que inicia debe terminar y era el momento de concluir aquel tierno e inocente beso.

Lentamente sus ojos se iba abriendo a la par que paulatinamente los labios se iban separando, la sonrisa tímida e inocente que adornaba el sonrojado rostro de la diosa eran únicos, le hacían inclusive no querer separarse de su noble y apuesto caballero, y no, no me refiero en plan volverlo a besar, que mira que eso tampoco estaría mal, pero iba más en el sentido de que quería seguir sintiendo su calidez, la suavidad de la piel ajena así cómo sentir los músculos del mismo, no quería separarse de todo aquello, no obstante, ahí estaba el joven apartándose un poco, disculpándose y Lucy no entendí nada ya en este punto, de hecho, pensaba que ahora ella había hecho algo malo y no le había gustado para nada a Azael, ese era el motivo principal por el cual, aquella sonrisa se esfumaba de su rostro para dar paso a una cara triste y confundida.

Con ligera fuerza apretó los labios y así mismo, con sus manos sujetó la ropa del caballero para no separarse de él, agachando primeramente su cabeza y después, volviéndola a levantar de golpe, intentado buscar la mirada ajena, sintiéndose cada vez peor al saber que la iban a bajar de la protección de aquellos grandes brazos. -¿Hi…hice algo mal?… ¿Ya…ya no quieres estar conmigo?… ¿Por qué… por qué me apartas?…- Afligida y confundida preguntaba aquello desde el fondo de su corazón, los ojos se le iban haciendo cada vez más brillosos, pero bueno fuera por una alegría sin igual, no, se le ponían así porque comenzaban a acumularse lágrimas que quisieran en cualquier momento escapar de sus ojos, realmente no comprendía nada, tampoco las palabras de Azael, para ella, él no había hecho nada malo, que sí, aquello había sido su primer beso y la primera vez que experimentaba tan hermosos sentimientos, pero ¿tan malo había sido para él? ¿Por qué se disculpaba y la apartaba? Para la muy joven diosa, todas esas preguntas eran muy complejas y no lograba comprender nada, ¿Es que acaso ahora el caballero gigante la odiaba? Era algo que por su cabeza le pasaba y la simple idea le hacía en serio querer llorar, ¿cómo es que de un momento a otro, se pasa de estar en la felicidad máxima y plena a sentirte la peor persona y querer llorar? Eso no tenía sentido para la pobre diosa.

Pensamientos sumados a acciones, la mano de Lucy aferrándose a sus ropas frenaban el actuar de aquel coloso que de una forma pusilánime había intentado despegarse de ella, casi como si estuviera demostrando que era un cobarde y se asustaba luego de dar su primer beso, aunque... ¿Ella sabe que aquel es su primer beso? De seguro ella ya ha besado otros labios antes, el trono estaba rodeado de hombres que habían intentado alcanzarlo, aunque... si pudo sentarse en aquel trono es por algo. Bajo la nueva directriz a la que apuntaba su cabeza es que sus pensamientos comenzaban a formar un torbellino de ideas, sentimientos y contradicciones que giraban a gran velocidad siguiendo las manecillas del reloj.

La primera de las preguntas calaba muy profundo en su corazón, ¿Que es esa lanza de luz que acaba de atravesar su pecho?... así se sentían las palabras de Lucy que a pesar de no ser intencionadas, estaban “dañando” a una mente confundida. ¡Carajo! Ella no hizo nada mal, al contrario, es él quien esta haciendo las cosas mal perdiendo el enfoque de sus propias ideas, es él quien debe aclararse antes de que sus cuerpos se separen por completo, es él quien esta a punto de deteriorar el lazo imaginario que acaba de sentarlo en un trono inigualable.

¿Ya no?... ¡Obvio que si quiere estar con ella! Los músculos de su rostro se marcaban demostrando que su mandíbula se había cerrado con una fuerza impresionante y la presión ejercida dentro de su boca era constante. En este punto Lucy podría sentir como los brazos de el gigante temblaban levemente, su sistema nervioso había empezado a luchar en contra de sus sentimientos, su mente estaba negando ordenes que ya habían sido recibidas por sus músculos y en otra ocasión hubieran cumplido como a de lugar... ¿Tan fuerte es su deseo por la pequeña princesa? Al parecer si, mucho más de lo que cualquiera puede imaginarse.

-No...- Su mandíbula apenas se había soltado para dejar escapar una leve tonada que no estoy muy seguro si había sido percibida por Lucy -¡No puedo!- Por unos segundos su voz alzada detendría el tiempo de la escena, sus músculos se tensarían al 100% de golpe y acto seguido, el boomerang del destino haría que sus brazos volvieran a levantar a la muchacha haciendo que sus rostros volvieran a acercarse -No puedo dejarte, esto es algo que va más allá de mi entendimiento y el contacto con tú cuerpo me...- ¿Terminar la frase? Que cutre, sus labios volvían a unirse antes de que eso pasara y esta vez te puedo decir que el beso ya no era algo calmado, el miedo había pasado a segundo plano y quien se apoderaba de la escena era la pasión... hulala bendita pasión que enciende a los jóvenes presentes, abraza sus cuerpos y sella un nuevo hilo rojo, uno que jamás podrá romperse y sin importar cuanto llegue a estirarse, siempre volverá a unirse al final del día.