¿Pollitos en fuga? || Misión D - Pasado

Vaya, vaya, pero… ¿qué tenemos aquí? La verdad era algo realmente muy curioso, la joven diosa tenía días que había estado en espera de una misión, todo bien hasta aquí, ¿no? Pues no, y, ¿te cuento por qué no todo estaba bien? ¡Porque la misión la había recibido la semana pasada y aún no se había hecho! Aquello le daba una especie de tic nerviosa, al no estar aún en modo “misiones”, se preocupaba mucho por todo lo de los animalitos  y tal, hacía una semana debieron haber ido, pero ¿por qué no iban? Y muy importante y antes que la pregunta anterior, ¿debieron? ¿En plural?… ¡Rayos! ¡Realmente sí era en plural porque se suponía que tenía una compañera para la misión!

La verdad, se desconoce completamente qué fue de la pequeña con la que la joven diosa debía de tener aquella misión, lo único que se sabe, es que actualmente está desaparecida o algo similar porque eso ha sido lo que se le informó a la rubia, que no perdiera más el tiempo en esperas tan longevas que no iban a parar a ningún lado y que mejor, se hiciera cargo ella sola de la misión puesto que era mucho más importante ayudar a los inocentes que esperar a que una niña desaparecida regrese a la acción cuando ya no haya nadie a quien ayudar.

Sin más, y bueno, a decir muchísima verdad, la joven rubia se sentía más que extraña yendo a una misión ella sola, era realmente su primera vez en toda la vida que iría completamente sola a una misión, al menos una que involucre lo más probable una pelea o similar, eso era lo que más le aterraba, pero bueno, eso ya sería otro cuento cuando entre en su modo misiones, de por mientras deseaba con toda su alma que a esa misión hubieran podido acompañarla algún conocido, pero no, no había ninguno, lo cual la frustraba un poco. -… Que sea lo que tenga que ser…- Se decía a sí misma mientras se decidía a salir por fin de su hogar, cerrando muy bien su casa para después ponerse en marcha rumbo al lugar para comenzar por fin con la misión.

Información:

El camino había sido largo, tedioso, aburrido y un tanto… bueno, la verdad es que había sido un tanto normal si nos ponemos sinceros, si bien ya no era su primera vez viajando sola, sí seguía siendo su primera vez yendo de viaje a una misión sola… esto comenzaba a generar gran temor en la chica que no terminaba de comprender y rogar a solo ella sabrá qué tipo de deidad divina o similar, para que alguien la fuera a ayudar, no obstante, con forme avanzaba su trayecto e iba ayudando, como era habitual en ella, a los que necesitaban que alguien les brindara apoyo, más cuenta se daba de que no llegaría a aparecer nadie que la fuera a socorrer en aquella gran misión, porque, si bien no era una misión del otro mundo, sí que era algo que le asustaba tener que enfrentar sola, ¿en quién se podría apoyar si todo fallaba? No tenía idea, eso era lo que principalmente le asustaba.

A la lejanía la granja podría comenzar a visualizarse, cada vez más y más cerca, cada paso que daba la hacía sentir más nervios, más temor, más inseguridad, no sabía ya si sudaba frío o de verdad las gotas saladas resbalaban por su rostro, era algo que ya lo tenía en el olvido por no fijarse; el tragar saliva era casi misión imposible, tenía un nudo tremendo en la garganta que le dificultaba de por donde le vieran aquello emitir alguna palabra, aunque realmente, le dificultaba hasta el mismo respirar… sí que la llevaba complicada antes de empezar con la misión la joven diosa… esperemos que esto vaya para mejor o será un completo caos esto.

Así bien, logró terminar de acercarse a la granja de pollos, mientras iba avanzando, se iba dando cuenta de que habían varias vallas rotas, en mal estado, algunas de madera buena y otras que se notaba estaban apolilladas, las que eran más que nada alambre, esas estaba rotas por la fuerza y otras más oxidadas, sin mencionar que varias tenían sangre y plumas embarradas… algo que no mucha ilusión le hacía, de hecho, se comenzaba a poner realmente triste y sus ojos lagrimeaban un poco por lo mismo al pensar en la manera salvaje en la que había terminado muriendo todos los pollos.

Así bien, logró terminar de acercarse a la granja de pollos, mientras iba avanzando, se iba dando cuenta de que habían varias vallas rotas, en mal estado, algunas de madera buena y otras que se notaba estaban apolilladas, las que eran más que nada alambre, esas estaba rotas por la fuerza y otras más oxidadas, sin mencionar que varias tenían sangre y plumas embarradas… algo que no mucha ilusión le hacía, de hecho, se comenzaba a poner realmente triste y sus ojos lagrimeaban un poco por lo mismo al pensar en la manera salvaje en la que había terminado muriendo todos los pollos.

Al continuar con su paso, terminaría nuestra joven diosa encontrándose con los granjero del lugar los cuales se veían realmente muy afligidos debido a la gran muerte y masacre de sus múltiples pollos. -¿Es usted quién nos va a ayudar a resolver este gran problema?- Preguntaría el primer hombre en acercarse a la joven diosa, aquel era un señor ya entrado en edad, se le lograba notar canoso y de porte humilde, era quien, tras generaciones y generaciones, había heredado de su padre la granja de pollos, a su lado, sus hijos le acompañaban y su mujer también.

Ante tal escena, la joven rubia sintió partir el corazón al ver a aquel hombre en dichas condiciones; no obstante, como ya se dijo, su porte iba cambiando, dejaba atrás su expresión amigable y se tornaba seria hasta quedar completamente de esta forma, al escuchar las palabras del adulto mayor, le voltearía a ver con un porte y orgullo que joder, te cagabas de lo inmenso que eran. -Así es, ya no hay nada de qué preocuparse porque Lucy Balchder está aquí.- El orgullo era inmenso en sus palabras, pero al mismo tiempo, era tanto que lograba inspirar esa sensación de tranquilidad y seguridad en que todo se llevaría a buenos términos terminada la misión.

¿Has escuchado alguna vez de personas  que realmente te logran transmitir una seguridad y reconfortan el alma con sus puras palabras? Pues bueno, que una chica rubia con todo el porte de orgullosa llegue y ante tus dudas de si recibirás ayuda o no, te responda: “Así es, ya no hay nada de qué preocuparse porque Lucy Balchder está aquí” dejando en evidencia que el orgullo era inmenso en sus palabras, pero al mismo tiempo, era tanto que lograba inspirar esa sensación de tranquilidad y seguridad en que todo se llevaría a buenos términos terminada la misión.

Entonces bien, una vez dichas sus palabras triunfales, la joven diosa rubia vería a los granjeros detenidamente y con la simple y pura mirada les daba a entender que deberían de darle un informe detallado de la situación, a lo que, solo el responsable de cuidarla granja sería el que daría un paso al frente mientras se quitaba el sombrero con humildad. -Pues verá…- Con algo de timidez comenzaría su habla. -Los lobos en esta región de Liones siempre han dado problemas, han generado con los años mermas en la producción de los pollitos, pero nunca habían generado un problema realmente severo, siempre habían sido controlados sin afectar la demanda de los pollos en todo el reino…- Al inicio se sentí orgulloso de que, pese a las bajas en los pollos, aun así siempre hubieran podido cumplir con lo prometido durante muchos años; no obstante, luego se iba desmotivando al escucharse así mismo que la situación ya no era la misma y ahora sí que las pérdidas eran tremendas, hasta llegar al punto en el que ya no eran aceptables.

Mientras escuchaba aquello, Lucy simplemente quedaba algo pensativa, aunque parecía que más que nada solo contemplaba el paisaje; sin embargo, la joven diosa se encontraba analizando la situación a fondo pues no sabía qué ocurría, según la información previa, los lobos siempre fueron un problema, pero era uno realmente insignificante de acuerdo a lo que se le dijo, pero ahora parecía haber un detonante que les hacía salirse de control… esto sin duda alguna era todo un problema y un enigma, aunque suponía que por ahí debía de empezar.

Mientras escuchaba las palabras del adulto mayor, Lucy simplemente quedaba algo pensativa, aunque parecía que más que nada solo contemplaba el paisaje; sin embargo, la joven diosa se encontraba analizando la situación a fondo pues no sabía qué ocurría, según la información previa, los lobos siempre fueron un problema, pero era uno realmente insignificante de acuerdo a lo que se le dijo, pero ahora parecía haber un detonante que les hacía salirse de control… esto sin duda alguna era todo un problema y un enigma, aunque suponía que por ahí debía de empezar.

-¿Alguno sabe si ha habido últimamente algún tipo de irregularidad en el entorno?- Aquellas palabras lograban escucharse un tanto complejas, obviamente no era difícil de comprender lo que la joven diosa quería decir; no obstante, parecía ser que la selección de palabras que había pronunciado habían sido “mucho” para aquellos granjeros pues realmente se tomaron su tiempo para comprender la pregunta en su totalidad, ante aquello, quien tomó la palabra dando un paso al frente y quitándose de manera humilde el sombre, sería ahora el hijo mayor del dueño de la granja y que, en un futuro, este primogénito sería el que se haría cargo de la granja cuando su padre muriera.

-Pues… la verdad que no señorita… todo ha estado normal…- Hablaría casi como si nada sin comprender y siguiendo pensando el qué podría estar haciendo tal estrago en los lobos; sin embargo, su hermano, el hijo menor daba un paso al frente también y se quitaba el sombrero, aunque esto como mero acto de crianza, no tanto como con aquella humildad de su hermano mayor y su padre. -¡Los pumas salvajes! Hace como un mes más o menos, una manada de pumas salvajes llegaron a las montañas cercanas de aquí, de ahí de por donde viven los lobos, ¿podría ser esa alguna causa para que se hayan alterado tanto?- Preguntaba dudoso y algo incrédulo a lo que la diosa simplemente bufaba, ¡Ahí estaba la respuesta a todos los males!

Un montón de información se le era dada, que si los lobos y los pumas, espera ¿QUÉ? ¿PUMAS? ¡Sí! ¡Pumas salvajes! Esto era toda una tremenda conmoción para la joven diosa que estaba un tanto en shock por escuchar algo respecto a unos pumas salvajes, ¿acaso era eso posible? La verdad no dudaba de las palabras del hijo menor del dueño de la granja, se le había visto muy convencido y más que nada, decidido ante lo ya dicho, así que, en efecto, tendrían que haber pumas salvajes en las montañas, pero de alguna forma, sentí que algún problema mayor tenía que haber ocurrido, de lo contrario, no encontraba razón para que, luego de muchísimos años, los pumas hubieran emigrado tanto y ahora estuvieran invadiendo la montaña de los lobos.

La verdad no tenía mucho como para poder lograr hacerse una idea con mayor claridad que la que ya se le había hecho, lo cual era un tanto… bueno, era como si supiera algo y al mismo tiempo permaneciera en la ignorancia, tal cual, así era como lograba sentirse en ese preciso momento, nada del otro mundo, supongo. -De acuerdo, comprendo lo que se me dice, entonces, partiré, no tendrán que volverse a preocupar nunca más porque esto se vuelva a repetir.- Palabras realmente inspiradoras que daban una seguridad e iluminaban de esperanza al pobre hombre, aquel adulto mayor que hasta parecía ponerse algo sentimental limpiándose discretamente un par de lágrimas de sus ojos, aunque, no eran palabras únicamente inspiradoras y demás, no, eran palabras completa y repletamente cargadas de orgullo puro y duro, nada más y nada menos.

Terminado su pequeño… ¿discurso? Supongo que lo podríamos considerar de esta manera, luego de aquello, comenzaba a ponerse en marcha rumbo a las montañas, aunque habían como tres cerca, por suerte, todas quedaban en la misma dirección, así que podía disimular el no saber exactamente cuál de las tres era hasta… -¡Espere! Señorita Balchder… ¿Ya sabe cuál es la montaña de los lobos?- Preguntó todavía algo dubitativo a lo que la joven rubia a penas y volteaba para ver por encima del hombre, gesto que parecía dar el mensaje de sentirse ofendida, aunque era más que nada su orgullo poniéndose a prueba ante el decir un “no lo sé”; no obstante. -Pero ¿Qué cosas pregunta usted, mi hijo? ¡Está más que en claro que la señorita Balchder sabe que es la montaña de en medio de las tres! ¿Usted cree que se iba a atrever a irse así sin más sin saber cuál montaña era? ¡No la ofenda usted, mi hijo!- Claramente hablaba el padre un tanto alterado como si a quien lo hubieran ofendido fuera a él, no obstante, Lucy solo hacía un gesto con la cabeza en seña de “gracias por dejarle en claro a su hijo que yo sé todo” y continuaría con su camino rumbo a la montaña de en medio.

¿Has escuchado alguna vez de personas que realmente te logran transmitir una seguridad y reconfortan el alma con sus puras palabras? Pues bueno, que una chica rubia con todo el porte de orgullosa llegue y ante tus dudas de si recibirás ayuda o no, te responda: “Así es, ya no hay nada de qué preocuparse porque Lucy Balchder está aquí” dejando en evidencia que el orgullo era inmenso en sus palabras, pero al mismo tiempo, era tanto que lograba inspirar esa sensación de tranquilidad y seguridad en que todo se llevaría a buenos términos terminada la misión.

Entonces bien, una vez dichas sus palabras triunfales, la joven diosa rubia vería a los granjeros detenidamente y con la simple y pura mirada les daba a entender que deberían de darle un informe detallado de la situación, a lo que, solo el responsable de cuidarla granja sería el que daría un paso al frente mientras se quitaba el sombrero con humildad. -Pues verá…- Con algo de timidez comenzaría su habla. -Los lobos en esta región de Liones siempre han dado problemas, han generado con los años mermas en la producción de los pollitos, pero nunca habían generado un problema realmente severo, siempre habían sido controlados sin afectar la demanda de los pollos en todo el reino…- Al inicio se sentí orgulloso de que, pese a las bajas en los pollos, aun así siempre hubieran podido cumplir con lo prometido durante muchos años; no obstante, luego se iba desmotivando al escucharse así mismo que la situación ya no era la misma y ahora sí que las pérdidas eran tremendas, hasta llegar al punto en el que ya no eran aceptables.

Mientras escuchaba aquello, Lucy simplemente quedaba algo pensativa, aunque parecía que más que nada solo contemplaba el paisaje; sin embargo, la joven diosa se encontraba analizando la situación a fondo pues no sabía qué ocurría, según la información previa, los lobos siempre fueron un problema, pero era uno realmente insignificante de acuerdo a lo que se le dijo, pero ahora parecía haber un detonante que les hacía salirse de control… esto sin duda alguna era todo un problema y un enigma, aunque suponía que por ahí debía de empezar.

El camino había sido largo, tedioso, aburrido y un tanto… bueno, la verdad es que había sido un tanto normal si nos ponemos sinceros, si bien ya no era su primera vez viajando sola, sí seguía siendo su primera vez yendo de viaje a una misión sola… esto comenzaba a generar gran temor en la chica que no terminaba de comprender y rogar a solo ella sabrá qué tipo de deidad divina o similar, para que alguien la fuera a ayudar, no obstante, con forme avanzaba su trayecto e iba ayudando, como era habitual en ella, a los que necesitaban que alguien les brindara apoyo, más cuenta se daba de que no llegaría a aparecer nadie que la fuera a socorrer en aquella gran misión, porque, si bien no era una misión del otro mundo, sí que era algo que le asustaba tener que enfrentar sola, ¿en quién se podría apoyar si todo fallaba? No tenía idea, eso era lo que principalmente le asustaba.

A la lejanía la granja podría comenzar a visualizarse, cada vez más y más cerca, cada paso que daba la hacía sentir más nervios, más temor, más inseguridad, no sabía ya si sudaba frío o de verdad las gotas saladas resbalaban por su rostro, era algo que ya lo tenía en el olvido por no fijarse; el tragar saliva era casi misión imposible, tenía un nudo tremendo en la garganta que le dificultaba de por donde le vieran aquello emitir alguna palabra, aunque realmente, le dificultaba hasta el mismo respirar… sí que la llevaba complicada antes de empezar con la misión la joven diosa… esperemos que esto vaya para mejor o será un completo caos esto.

Así bien, logró terminar de acercarse a la granja de pollos, mientras iba avanzando, se iba dando cuenta de que habían varias vallas rotas, en mal estado, algunas de madera buena y otras que se notaba estaban apolilladas, las que eran más que nada alambre, esas estaba rotas por la fuerza y otras más oxidadas, sin mencionar que varias tenían sangre y plumas embarradas… algo que no mucha ilusión le hacía, de hecho, se comenzaba a poner realmente triste y sus ojos lagrimeaban un poco por lo mismo al pensar en la manera salvaje en la que había terminado muriendo todos los pollos.