Entrada Fugaz... ¿Conflictos? [Trama Global | Lucy, Mary & Gerard

Una vez que la joven diosa vio luz verde para poder hacerse cargo de curar las heridas de guerra de su compañera unicornio, con la más solemne y humilde actitud que en toda su jodida vida podrán ustedes llegar a ver, la joven rubia se acercó con la cabeza gacha sintiéndose no realmente digna de estar tan próxima a su rey. -Si… si me disculpa… con… con su permiso… mi rey…- Se notaba, aunque lo ocultaba, se notaba aún el ligero nerviosismo en los actos de Lucy quien termina de tomar de los brazos de su rey a la compañera herida, llegando a claramente hacer contacto con el joven rey Arthur y al instante, sintiendo que la respiración y el corazón se le detenían, era mucho más de lo que, en su forma completamente humilde, pues recordemos que por los suceso de Sun, había perdido su faceta de “orgullo”, así que tenían de momento a la Lucy habitual, por lo mismo se sentía de todas aquellas formas.

Una vez que tomó por completo y con extremo cuidado a su compañera, se la dejó en brazos a Gerard y entonces, aquella misma aura cálida que emanaba de sus manos, comenzaba a pasarla por todas las zonas heridas del cuerpo de la chica bestia, obviamente algunas de sus heridas tardarían en surgir efecto, otras muy leves claramente no, pero la gran mayoría seguro tardarían lo suyo. -Descuida, te pondrás mejor.- Daba unas palabras de aliento a su compañera herida mientras continuaba sanando las heridas al mismo instante que todos continuaban su marcha rumbo al orfanato.

Mientras más iban avanzando, la fuerte luz se podía ir notando más, pero era “normal” que vieran tanta luz puesto que varios edificios se incendiaban, pero seguramente, ninguno se estaría incendiando tanto como lo hacía aquel orfanato, cosa que dejaba atónita a Lucy tan pronto se percataba de aquello haciendo que sus azules ojos se abrieran de par en par y casi por un momento perdiera la concentración en la curación que practicaba sobre la unicornio, no obstante, se terminarían deteniendo en seco cuando escuchaban los gritos, o al menos era algo que la diosa hacía, esos gritos de dolor y sufrimiento le partían el alma y se podía escuchar cómo sufrían quemados los niños del lugar, algo completamente desgarrador que le hacía brotar lágrimas de sus ojos.

Su rey quería ayudar, pero su general le detenía, Lucy también quería ayudar, pero sabía lo mismo que sus altos mandos, era ya un acto perdido y era lo que más le dolía, no obstante, la dejaba perpleja el escuchar las palabras de un desconocido, pero su sorpresa solo se incrementaba al escuchar lo del báculo. -No puede ser… ¿hemos llegado tan tarde?…- Los ojos repletos de sorpresa y frustración se podían notar en el rostro de la joven diosa, pero todo aquello cambiaba una vez que las “gárgolas” hacían acto de presencia, era entonces cuando dejaba de curar a su compañera, su rostro suave y gentil, se veía “modificado”, su expresión pasaba a ser la de una persona completamente seria y denotaba un marcado orgullo, escuchaba la palabra de aquellos enmascarados y solo le eran repugnantes. -¿Y quién lo decidió?…- ¿Acaso había perdido la cabeza y decía palabras al azar? Pues no, lo decía de acuerdo a todo lo que estos tipos decían. -La única que puede decidir eso… soy yo…- Completaría dejando más que en claro que, si alguien sufriría y gritaría de dolor o similar, serían estos seres, el problema, es que en número los superaban, sabía que con Gerard podía contar, el problema era que tenían a una herida que cuidar porque dudaba fuera apta para la batalla. -¡Gerard!- Llamaba con fuerza a su compañero pese a estar a corta distancia los unos de los otros. -Encárgate de la retaguardia, yo cubro el frente.- Por retaguardia, claramente se refería a los que ella tenía a sus espaldas puesto que, de los que se encontraban frente a ella, de esos claramente se encargaría la misma Lucy. -¡Mary! Tú vigila todo los ataques “extraños” que puedan realizar y avísalo.- Demandó una última vez, dudaba que su compañera pudiera hacer mucho así que la dejaba como vigía, en su mente solo podía pensar ”Esto no va a hacer pan comido…” Pero claro, aquello no lo diría ni de coña, se lo guardaría y simplemente vería desafiante a los enmascarados esperando a ver sus movimientos, no quería aún revelar el tipo de poder que poseía, mucho ya habían visto de ella cuando vieron curando a la unicornio.

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