— ¿Quién Demonios Eres? | Privado Ciel | Pasado.

— ¿Quién Demonios Eres?

Un día totalmente aburrido, mientras caminaba por un lugar donde realmente desconocía; el cielo tan azul, las nubes grises, los pájaros cantando mientras un pequeño demonio caminando por un bosque parecía ser “peligroso” por qué según podía haber gigantes, pero realmente eso no le interesaba en lo más mínimo, nada podría salir mal ya qué realmente tenía la seguridad que solo saldría a hacer un poco de caminata por ahí. Se podía sentir que había algunos animales peligrosos por el bosque donde pasaba de forma muy tranquila mientras sus manos estaban en su cintura como si nada le importase, su mirada estaba tan penetrante que algunos animales se iban corriendo pero a él realmente le daba igual ya que simplemente animales querían tomar su vida entonces no había ningún tipo de problema al caminar como si nada ya que de por si daba miedo con su cara de pocos amigos, además de su personalidad explosiva aún no había sido conocida por alguien que estuviese cerca pero sabría que pronto hubiese la posibilidad.

Sus pasos eran lentos, pero seguros caminando en dirección recta sin tomar atajos ni nada mientras miraba atentamente todo nada más por si las dudas. Había un pequeño animal, pero si bien parecía totalmente peligroso, una mirada fea más una patada lo mando a volar de forma muy directa contra un árbol donde huyo apenas pudo. De ahí comenzó a caminar y al enterarse de varios ruidos que dejó de seguir escuchando, como si todo se calmase de repente como si Tarzán estuviese en la jungla mostrando respeto; no tardo mucho en salir de allí donde comenzó a ver todo realmente despejado, pero podía notar pisadas bastante grandes donde podía acercarse para ver qué realmente era cierto lo que decían, si había cosas más complejas pero algo totalmente que podía enterarse cualquier sujeto normal al ver, eran pisadas de un gigante alguien que medía súper enorme.

Había una zona rocosa que eso era realmente interesante, pero había una donde parecía ser un sitió interesante para descansar muy alejado, pero a la vez desierto no había nada ni nadie ahí. Su trasero se sentó en lo que parecía un trono hecho de piedras, aquello realmente parecía ser totalmente agradable para él como si fuese algo más que una simple cosa que había estado caminando, era como si algo le dijera que este era su reino.

Pero un pequeño ruido había sonado, lo cual aquello era preocupante, pero cerro sus ojos confiado, podía ser un animal, o algo qué directamente fuese peligroso, pero realmente no tenía ningún tipo de miedo. Podía sentir varios tipos de presencia, pero si bien eso era porque realmente se podía olfatear si bien no tanto mejor como un animal si podía sentir realmente cuando alguien podía acercarse con algún tipo de cosa.

— ¿Quién Demonios Eres?

Se podía sentir la brisa tocar sus puntiagudos pelos moviéndose de forma lenta, en lo que también la brisa maravillosa tocaba su rostro, los ojos cerrados viendo una oscuridad en lo que soñaba con qué estaba explotando y conquistando el mundo por eso tenía una sonrisa pegada en su rostro era de sueño fácil por lo cual con solo cerrar los ojos y esperar unos pocos segundos sería lo indicado para así mismo lograr que durmiese de forma tranquila, sin ningún especie de problema en su entorno más que una simple extraña presencia parecía molestarle pero a la vez ni tanto, estaba en su bola así que daba igual lo que sucediese se defendería a como fuera por qué en este mundo todo es posible. De repente un animal en plena acción venía corriendo, ¿Un perro, un lobo? Desconocía, pero por lo que podía sentir era uno, lo cual estaba de casería, pero era un demonio quién estaba ahí y uno muy loco. Cuando el animal se tiro de cabeza levanto su pierna, Lev sabía que podía darle una patada en todo su rostro dejándole tirado en el suelo quejándose; aquello le había sorprendido, un pequeño lobo había intentado cazarle, pero claramente no tenía intención de lastimarlo más a menos que lo siguiese atacando solo era defensa personal.

Puso su mano sobre su cuerpo mientras acariciaba, el pequeño lobo al parecer había dejado de temblar del miedo, al parecer su rostro daba miedo, pero sus acciones ni tanto por qué realmente tenía un aprecio por los animales, era un acto de sobrevivencia y podía entender que tendría hambre o quizás andaba perdido lo cual el miedo le hizo entrar en modo supervivencia. Miraba el sitió y al parecer había una cueva por ahí, donde había cachorros, no estaba perdido simplemente cuidaba de sus crías, pero bueno no quiso ser una molestia para el animal, pero tampoco tenía ganas de irse, lo cual hizo un pacto con aquel lobo de manera que demostró no hacer ningún tipo de cosa para dañar su nido como sus vidas lo cual de una u otra forma entendió haciendo una reverencia y fue correspondida por Lev. Pero pensó que la presencia que había sentido era otra cosa, pero ciertamente algo no le agradaba nada ¿Sería que alguien estuviese cerca? Todo era muy extraño, pero no se fiaba de nada por qué si bien es joven sabe realmente cuando las cosas no proceden de una forma muy aceptable además el acto del animal fue raro, aun así, no pensó mucho en aquello mientras observaba el lugar de forma muy extrañado.

Aunque algo le decía que pronto podría estar rodeado de cosas totalmente extrañas, pero si bien se quedaría nada más por esa cría de animales que encontró de lobos, alguien debía protegerlos hasta que volviera la mamá que seguramente fue de cazaría para conseguirles comida, pero ciertamente algo no andaba muy bien. El rubio sabía que cuando anda muy tenso todo es porqué realmente sucederá algo totalmente extraordinario, quedo observando una roca muy fijamente sin parpadear mientras en su mente pensaba cualquier cosa mientras intentaba analizar también lo que podría estar pasando.

Además se pensaba si mientras también ir a buscar comida para esos pequeños pudiesen comer algo mientras tanto para qué no sufrieran hambre en el proceso.

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Ciertamente todo parecía ir demasiado bien, hasta el punto de qué las cosas parecían ser un poco más preocupante de lo normal. Observaba el cielo, los pájaros volaban en dirección contraría eso era señal de que algo malo pudiese suceder en cualquier momento, pero el pelirrubio qué era Lev sabía eso sería totalmente estúpido, ya que la forma de ver las cosas es como uno realmente lo espera, puso sus manos en los bolsillos caminando seriamente quería quitarse completamente las ganas de algo pero apoyo primero su espalda en una de las rocas donde cuidaba a los animales donde se cruzaría de brazos. Noto ciertamente qué no necesitaría buscar comida, aunque noto la presencia de la madre que había hecho una búsqueda por la comida donde trajo bastante “carne” qué eran unos conejos muertos para poder alimentar a sus crías, algo totalmente justo por obviamente la madre naturaleza, tomando en cuenta que esto debía hacer algo lo cual vio unas maderas cerca que parecían servirle. Se acercó lentamente, tomo con su mano agachando su cuerpo para poder recogerlo, chasqueo sus labios mientras miraba hacía atrás donde parecía estar todo bien lo cual camino directo hacía al parecer un río donde podría sacar un poco de agua para que se alimentasen, aunque ellos beberían la leche de la madre, pero ella necesitaba también tener seguridad, ante todo, Lev pensaba realmente en ellos de una forma muy cariñosa aunque ciertamente así era con la mayoría de animales salvajes.

Regreso mientras caminaba de forma lenta mirando alrededor, algo realmente no le parecía lo correcto su intuición decía que solo no estaba, dejó la madera qué mantenía mucha agua para la madre lo cual se agacho para beber y acariciaba su cabeza, ciertamente ella se dejó hacer tal gesto por respeto por la actitud que había tenido él. Se alejó un poco porque quería dar su espacio, ya que no debían encariñarse mucho con su persona, luego se terminaría yendo y posiblemente no volverían a verse lo cual ellos debían ser fuertes por si mismos si querían seguir sobreviviendo aunque sabría algo realmente cierto la fuerza que tendrían por tantos hijos serían demasiado poderosos, en manada ellos serían totalmente peligrosos por obvias razones; una de ellas la agilidad, fuerza y su forma de pelear en grupo siendo totalmente increíbles a nivel personal. Notaba como un gigante al parecer una mujer caminaba por esos lugares, pero no hizo ningún movimiento observando, tampoco le llamo ni quiso involucrarse mucho, veía como se alejaba a lo lejos realmente era enorme, pero bueno, tampoco tenía muchas ganas de pelear.

Quería quitarse las ganas, así que comenzó a caminar por el lugar observando las rocas, aunque algo no parecía ir bien sentía una presencia extraña, un tipo totalmente fuera de lo normal caminando noto como se veían unos cabellos blancos, cuando se acercó alguien totalmente fuera de lo normal estaba ahí, unos ojos peligrosos, una apariencia muy malévola parecía totalmente cool ante sus ojos. Pero ciertamente había un problema más de ello, y era que encontró a un chico que estaba escondido ¿Lo estaba siguiendo? Era lo que se preguntaba, entre más cosas, pero lo adecuado sería preguntarle directamente a su manera —solo quiero preguntar una cosa— se detuvo mientras puso su cara totalmente seria, mientras colocaba nuevamente sus manos en los bolsillos, sus ojos rojos como la sangre estaban pegados en los ajenos —¿Tú quién demonios eres?— fue su pregunta, algo brusca, inesperada pero ciertamente era lo que se preguntaba también en su cabeza quería averiguar antes lo posible.

¿Sería un enemigo o aliado? Dudaba de muchas cosas, pero ojalá no fuese lo segundo ya que no tenía ganas de tener una pelea en aquel lugar, ya que se encontraba los lobos y pelear en un sitió donde hay gigantes es una tonta idea ya que serían muchos y tenía chance de morir en un sitió muy peligroso.

— ¿Quién Demonios Eres?

Había dejado de lado lo que estaba pensando sobre lo qué un gigante estuviese cerca, pero daba igual, Lev sabía en su mente qué eso no sería problema ya que esa raza no parecía buscar problemas a menos que se tuvieran defender por algún motivo, no obstante como él iba en paz por aquellos lados no había razón del cual preocuparse aunque era joven y inexperto también se sabía que estudio este lugar como es debido al ser un Demonio muy inteligente por su área determinada de estudio. Puso sus manos en los bolsillos una postura firme, sus ojos carmesí directos a los azulados, el tipo extraño ¿Raza? No sabría deducirlo, parecía un Demonio o parecido, si bien aquello era extraño, pero notaba un cabello blanco, unos ojos azules, un estilo de ropa muy nuevo no antes visto. Aquello parecía ser muy extraño por ese encuentro con una persona un tanto preocupante pero ciertamente le parecía interesante tenía la apariencia de un tipo peligroso, así como él lo era lo cual eso era totalmente inesperadamente positivo para la ocasión. Sólo debía tener cuidado de no buscar o tener pelea enfrente de ese sitio o caerían miles de gente totalmente enorme que podrían matarlo en cuestión de minutos por estar en un territorio ajeno.

Su actitud era un tanto sorprendente, si bien parecía burlarse, pero a la vez mantenerse al margen, como qué no quería sobrepasarse, pero era una personalidad curiosa por lo poco que escucho de los labios ajenos, bufo una sonrisa de burla, pero sin necesidad de aparentarlo tanto. Lo veía desde arriba porqué si bien aquel sujeto era más grande que Lev teniendo una altura superior —no me parece correcto, simplemente dices una cosa, pero lo niegas para decirlo tal cual. ¿A qué viene eso?— levanto su rostro mirando en una posición un tanto para quejarse, pero luego suspiro para mirarle mientras escucho atentamente su nombre —¿Ciel?— se detuvo un momento para pensar, creyó haber escuchado ese nombre alguna vez, pero fue mera coincidencia tal vez de alguien; pensó que era un compañero que conoció durante años, pero realmente no tenía esa apariencia lo cual era dudoso, aunque seguramente estuviese confundiendo todo y no sea él, aunque luego de pensarlo no era Ciel, sino más bien Kasiel. Estaba con los ojos cerrados pensando directamente aquello, pero no tardo en volverlos a tener abierto para observar a la persona en frente —en fin— saco una de sus manos para extenderla teniéndola abierta hacía el frente.

Era todo un caballero a pesar de su “corta” edad de Demonio, aunque para un ser humano ya era reconocido como un hombre, —mi nombre es Lev, un placer— estaba esperando que aquella persona correspondiera el saludo ya que estaba siendo muy amigable con aquella persona si bien no quería problemas, pero realmente no parecía ser una persona que fuese a insultarle o meterse con él.

El gigante que había visto a lo lejos teniendo unos pasos qué parecían terremotos se había marchado, sólo debía tener cuidado de que su presencia no fuese motivo de peligro.