Misión Rango D || ¡Vacas Locas! || Kay y Lynette (Presente)

Unos animales felices andaban corriendo por la pradera de Liones aquel día, el sol brillaba en todo su esplendor y la gente del poblado caminaba pacíficamente haciendo todo tipo de cosas. Algunos recolectaban agua del río, otros estaban colgando ropa, habían algunos que estaban trabajando la tierra para poder cultivar y no faltaba el grupo de niños y niñas que jugaban al pillarse o a saltar la cuerda… Y es aquí donde entra un joven hasta ahora completamente desconocido en el reino, incluso en el pequeño pueblo en que se encontraba ahora mismo. Un joven de cabello rojo, botas de cuero, vestimentas azules, un pañuelo naranjo amarrado a su cuello y una cinta blanca que cubría su frente se encontraba caminando con las manos en los bolsillos únicamente acompañado por su mochila de cuero y su fiel katana en el cinto de color blanco que cubría su cintura.

-¡Te voy a alcanzar!- gritaba un niño que correteaba a una niña de pelo castaño, -¡Ay! ¡Eso es trampa! Ji Ji- respondió la chica con una sonrisa mientras apuraba el paso. Ambos iban sumamente concentrados en el juego, tanto de hecho que no vieron que delante de ellos había una señora que llevaba un canasto con naranjas. ¿El resultado? Un choque, un canasto en el suelo, naranjas repartidas por el lugar y unos niños que continuaban corriendo como si se tratara de caballos: -¡Ay! ¡Fíjense por donde van, mocosos!- exclamó la señora tirada en el suelo, -¡Lo sentimos!- gritaron los mocosos al unísono, apenas girando la cabeza hacia atrás y continuando su carrera. Fue entonces que nuestro pelirrojo, observando la escena de principio a fin, se acercó a la mujer y extendió su brazo diciendo: -¿Se encuentra bien?-. La mujer inmediatamente lo miró con algo de curiosidad y pronto sonrió y aceptó la ayuda, -Si, muchas gracias por preocuparte, joven- dijo mientras se ponía de pie, el pelirrojo entonces tomó la canasta y la llenó con las naranjas bastante rápido y se la dio a la señora en las manos. -Tenga- dijo el muchacho, la mujer estaba sumamente sorprendida por la velocidad del pelirrojo para tomar las frutas, por lo que solo atinó a tomar el canasto con suma sorpresa y musitar un breve:

-... Gracias… ¿Quien eres?-

El joven comenzó a caminar con las manos en los bolsillos y una pequeña sonrisa en su rostro, concluyendo este breve encuentro con un simple: -Oh, nadie importante. Solo un chico común que sueña con convertirse en Caballero Sacro-

Misión:

Después de esas simples palabras, nuestro amigo pelirrojo continuó su camino hacia quien sabe donde con una amplia sonrisa en su rostro. Mientras caminaba, el joven podía ver que el pueblo en sí era bastante rural y con un toque antiguo muy pintoresco, un lugar bastante apacible y agradable sin duda alguna -Este lugar me gusta... Hay paz, un viento agradable, un sol riquísimo y el pasto se ve tan verde- dijo el muchacho mirando hacia el suelo con las manos en los bolsillos, sin detener sus pasos. -Aunque... Esto está demasiado tranquilo, al menos basándome en lo que me habían comentado del problema de las vacas- comentó alzando la vista con una expresión de suma curiosidad en su rostro mirando hacia todos lados, perdido en sus pensamientos:

Hace un par de días...

-Joven Kay, tu misión en esta ocasión será ir a un pequeño poblado en el Reino de Liones... A un distante lugar llamado el Pueblo Jurenborg. En ese lugar hay una fuerza desconocida que alborota a las vacas y toros de ese lugar, tu tarea será descubrir que es lo que sucede con esas vacas y acabar con el problema de raíz-

-¿Eh? Pero Cardenal... ¿Quiere que vaya a hacer otra misión de rango bajo?-

-Por favor, Kay... Aún no eres lo suficientemente poderoso como para enviarte a hacer misiones de mayor rango. Necesitas hacerte mucho más fuerte si quieres convertirte en Aprendiz de Caballero Sacro-

-Sí, supongo que tiene razón... Lo que no entiendo es: ¿Por qué me ayuda? ¿Qué es lo que quiere de mi?-

-Tu potencial es tremendo, joven Kay. Puede que en el futuro seas muy valioso en la batalla contra las fuerzas de la oscuridad, es por eso que te entrenamos y te recogimos cuando eras solo un niño con un corazón vacío-

-Solo espero que no se le ocurra intentar meterme a su secta secreta-

-Unirte a nosotros depende completamente de ti... Aunque entre nos, aún eres muy débil como para unirtenos, Je Je Je-

-... Muy gracioso...-

-Ja Ja Ja, no te sientas sorprendido. Nuestros guerreros más débiles tienen un poder de pelea de 1.000 después de todo-

Fue entonces que, en ese mismo instante, un grito desesperado puso en alerta al joven Kay: -¡Ya vienen! ¡Todos busquen refugio! ¡Las Vacas Locas están de vuelta!-

-Hum... Así que vacas locas... ¡Shi Ji Ji, deben ser esas las vacas que busco!-

¡YIIIIIJAAAA! ¡ATAJA LA VACA, LUSHOOOOOO!:

A los pocos segundos de que el desconocido apareciera corriendo con los brazos agitándose por los aires, comenzó a verse en el horizonte, desde el bajo, una columna de humo de color café transparente acompañado de un estruendoso ruido de estampida. Los pueblerinos comenzaron poco a poco a arremolinarse en el lugar para observar en aquella dirección y terminar por ver lo que ocurría: Una estampida de vacas y toros se acercaba a velocidad máxima hacia el Pueblo Jurenborg con toda intención de embestir a quien se le pusiera en frente. Los habitantes entonces comenzaron a correr despavoridos en forma aleatoria, tirando todo lo que tuviesen en las manos excepto a los bebés y los niños, que en cambio eran tomados en brazos para poder concretar la huida. -¡Ah! ¡¿Pero de donde carajos vienen esas vacas?!- gritó Kay sumamente alarmado mientras se echaba a correr en dirección contraria a las vacas, -¡Son las vacas del rancho del sur! ¡Llevan varios días bastante alborotadas, pero nunca habían escapado del corral!- le dijo un muchacho de aspecto campesino que comenzó a correr a su lado, -¡Maldita sea! ¡Hay que regresarlas al establo pero ya! exclamó Kay -¡Hacia el norte hay una llanura que es tapada con un risco enorme! ¡Si logramos llevar a las vacas ahí, podremos regresarlas al establo!- gritó de vuelta el muchacho desconocido, a lo que el pelirrojo contesto con un: -¡Es una gran idea! ¡Pero entonces tenemos que apartar a la gente!- mientras que miraba hacia el frente y empezaba a gritar a los aldeanos junto a su compañero: -¡TODOS APÁRTENSE DEL CAMINO!-

En ese mismo instante los aldeanos comenzaron a esparcirse afuera del camino de la estampida y nuestros amigos, quienes continuaban con su faena de apartar a la gente para que nadie saliera herido. Y así, después de una buena carrera, los jóvenes llegaron a la llanura anteriormente mencionada en donde podrían desviar a las vacas de regreso al rancho. -¡Este es el lugar!- gritó el muchacho campesino, -¡Perfecto!... ¿Crees que funcionará?- preguntó Kay algo desconfiado -¡No te preocupes! ¡Así las llevamos de vuelta al establo la última vez!- le contestó el campesino con una sonrisa, a lo que el pelirrojo concluyó con un: -¡Empecemos, pues!-

Los jóvenes entonces se separaron en dos direcciones diferentes y tomaron unos palos largos, esperando a que las vacas llegaran al punto. Poco a poco, las vacas empezaron a llegar y al ver el enorme risco que les impedía seguir adelante se detenían en el lugar, los jóvenes entonces se prepararon para obligar a las vacas a retroceder pero entonces... Un ente bastante extraño apareció:

-¡¿Quién es el que se atreve a detener a mi ejército de vaqueras?!- se le escuchó gritar a una voz femenina desde la posición en que estaban las vacas. Un par de segundos después, una vaca con una especie de sombrero de color rosado y caminando en dos patas apareció de entre la multitud de ganado con una actitud bastante arrogante. -¡Ah! ¡¿Q-Qué demonios es eso?!- exclamó el campesino ante la aparición, la cual se mostró bastante cabreada dejando salir una enorme cantidad de humo de su nariz mientras golpeaba el suelo con las pezuñas de sus pies gritando: -¡¿A QUIEN TE ATREVES A LLAMAR COSA?! ¡VOY A ACABAR CONTIGO!- mientras que se echaba a correr directamente hacia el joven, que por la gran impresión simplemente se quedó pasmado. La vaca se acercaba corriendo rápidamente hacia el muchacho dejando salir un grito un poco más suave: -¡Nadie puede contra mi poder de pelea de doscientos!- gritó la vaca lanzando un golpe descendente con su puño derecho, pero para sorpresa de la propia vaca y del joven campesino, el ataque fue detenido con suma facilidad por el pelirrojo -¡¿Q-QUÉ?!-

Poder de Pelea: 450:

-Shi Ji Ji, lo siento mucho, vaquita lola... Pero lamentablemente para ti... ¡Mi poder de pelea es de cuatrocientos cincuenta!- exclamó Kay alzando la vista con una sonrisa desafiante. La vaca en cambio abrió los ojos de tal forma que parecía como si se le fuesen a salir de sus cavidades y abrió la boca de una manera exageradísima: -C... CUA-CUA... ¡¿CUA-CUA-CUA-CUATROCIENTOS CINCUENTA?!- exclamó la vaca con la cabeza echada hacia atrás, para al momento recibir un fuerte puñetazo que la envió a volar hasta perderse de vista en el horizonte. El campesino continuaba observando la escena sumamente impresionado mientras que Kay puso el puño derecho en su cintura y cubrió sus ojos con la mano izquierda haciéndose sombra en los ojos diciendo: -Hum... Creo que se me pasó un poquito la mano... Esa vaca parecía estar poseída por un demonio o algo así, pero así al menos dejará de molestar por un buen tiempo. Supongo que debo darle aviso al Cardenal-, el campesino se acercó poco a poco hacia el muchacho con algo de temor y preguntó:

-O-Oye... Quien... ¿Quien eres tú?-

-Oh, mi nombre es Kay "El Pelirrojo", y estoy entrenando para convertirme en Aprendiz de Caballero Sacro- contestó el pelirrojo con una sonrisa -¿Me ayudarás a devolver a las vacas a su establo?- preguntó entonces el chico, a lo que el campesino contestó con un aún sorprendido: -¡Ah! ¡Sí, de inmediato!-

Y así, nuestro amigo pelos de plátano consiguió descubrir la causa de la locura de las vacas y ayudó al campesino a devolverlas a su establo, ¿Que será lo siguiente que traigan sus aventuras? Pues si quieren un spoiler... Pierden su tiempo, ¡Adiós!